La Nación saca la noticia, “Ticos hicieron fila para tomarse un café en Starbucks”, título que engalana la nota donde se nos informa (¿para qué?) que los primeros clientes en hacer fila llegaron a las cuatro de la mañana a las afueras de Starbucks. La reacción en redes fue casi inmediata: estaba el primer vecino de Moravia (yo soy de Heredia, a mi no me metan en el mismo saco) haciendo fila fuera del local para que apareciera el primer “tweet” criticando su acción. - ¡Qué polada hacer fila por un café! ¡Gente estúpida que paga precios exorbitantes por un café que cultivan aquí mismo! ¡Costa Rica sigue siendo un pueblo, hacer fila a las cuatro de la mañana por un café! ¡Oh alienados que compran café carísimo que es producido aquí mismo! (en la crítica, el amor a la bandera también se hace presente).
Por otro lado, los mensajes de famosas modelos, no se hicieron esperar (sí señores y señoras, nuestra farándula también opina/”basurean” sobre temas tan mundanos), Leo escribió en su cuenta oficial de Twitter: “#yoconfieso que el monton de gente posteando fotos con sus cafes de Starbucks en la mano me parece una POLADA!”. Y de esta forma es que, durante prácticamente todo el miércoles, los comentarios se podían leer en las redes sociales, algunos más fuertes que otros, pero a fin de cuentas, el mensaje no importaba, lo importante, era señalar con el dedillo acusador las acciones del otro.
De este lado de la barrera, me entró la curiosidad y me dediqué a leer los comentarios, algo así como un experimento de observación: “¿Qué podía generar tanta alharaca?; ¿cuál era la motivación personal para criticar al que hizo fila en el bendito Starbucks?; ¿por qué putas alguien se levantaría a las cuatro de la mañana a tomarse un café?; ¿los que hicieron fila no tenían que trabajar hoy?; ¿hoy no pasó nada más puesto que no se habla de otra cosa?; ¿será tan rico el café?; ojalá quienes hicieron fila tengan facebook para saber quiénes son…”Cuando la comidilla del momento incluye quemar al otro vivo, no hay tico que se quede sin su ración. La necesidad de sentirnos superiores alcanza niveles tan irrisorios que hasta ya es ver al otro del hombro para abajo. Esta sensación de superioridad y aires inflados que nos genera la burla, evidencia la banal necesidad de ingresar al nuevo mundo y ¡ojo! en este nuevo mundo la polada no está incluida en el tanto se relacione con tener ingresos bajos, pero cuando esa polada va acompañada de una birra que cuesta 1800 colones, ahí si no tenemos problema alguno.
La polada está de moda en el tanto quede claro que soy polo precisamente por moda, usted es polo porque así nació y eso no es cool.Yo me preguntó ¿cómo es que nos catalogan el país más feliz del mundo?, ¡Cómo no!, diría yo. Si dedicamos un día entero a hablar, comentar y criticar la apertura de una franquicia más, que no es ni la primera ni la última, yo también quisiera vivir en ese país donde no pasa nada más importante ni tenemos nada más que hacer. Una amiga, Adriana Sánchez, una vez escribió: “Costa Rica se está yendo a la mierda.
La polada está de moda en el tanto quede claro que soy polo precisamente por moda, usted es polo porque así nació y eso no es cool.Yo me preguntó ¿cómo es que nos catalogan el país más feliz del mundo?, ¡Cómo no!, diría yo. Si dedicamos un día entero a hablar, comentar y criticar la apertura de una franquicia más, que no es ni la primera ni la última, yo también quisiera vivir en ese país donde no pasa nada más importante ni tenemos nada más que hacer. Una amiga, Adriana Sánchez, una vez escribió: “Costa Rica se está yendo a la mierda.
Y lo único que parece importarnos, en este momento del año, es si a los tamales les ponemos o no les ponemos ciruelas pasas.” Al parecer el año siguió su curso, cambiamos hablar de los tamales por hablar de cafés, pero nosotros los costarricenses seguimos estancados como cerote en poza.Las condiciones del país no son nada buenas pero no encontramos otra forma de colaborar más que criticar, abrir la boca como si fuese la pala y el machete que nos va a sacar del tercermundismo. Este letargo mental en el que vivimos no va a cambiar en el tanto no cambiemos la forma de pensar y actuemos.
Por mi parte seguiré criticando a quienes escuche diciendo “deme un café “latte” por favor.” Porque sí, nadie está exento, todos somos parte de este pequeño potrero, los que se ponen para que los critiquen, los que critican y los que criticamos a los que critican… en Costa Rica, cuando de abrir la boca se trata, ¡nadie se salva!
Colaborador: Oscar Barrantes Oconitrillo.
Su pasión y vocación lo han llevado a desarrollar un gran interés por asuntos de la actualidad nacional sobre todo en el ámbito de la político, tema constantes en sus opiniones publicadas.
Es un gran activista por los derechos de grupos minoritarios, ambientalista y todo esto lo combina con una gran pasión por el deporte y amor por los animales manifestándose siempre en contra del maltrato animal. Esta es la tercera oportunidad en colaborar para el blog Herra con popper!.
Twitter: @obarroco
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