¿Porque los abuelos siempre dicen que sus tiempos son mejores?, ¿cómo es
que uno abre la ventana del pasado y ve a la gente más feliz? Aún en su
hipocresía e ignorancia, en una sociedad poco evolucionada y con bandera de
progresistas-tradicionalistas eran más felices, o por lo menos eso es lo que
nos dejan ver a nosotros, “las generaciones futuras”. Es una premisa del
envejecimiento pronosticar malos tiempos y añorar cosas mejores, y lo cierto es
que lo único que cambia en una sociedad que nunca se reinventó (como la
nuestra), fueron sus colores y matices, de desgarbados a modernos, de
tercermundistas a países con aspiraciones a un desarrollo. La diferencia entre
mis abuelos y yo radica básicamente en la información, si nos apegamos al dicho de “el conocimiento
es poder” es viable afirmar que vivimos en una sociedad de Dioses todos
poderosos, pero, como fieles humanos destinados a repetir los mismos patrones
históricos, el poder nos corrompió, y hablo
de todos incluyéndome, porque hemos llegado a sucumbir en los vicios que acompañan a los
dioses.
Dentro de este análisis, me pongo a pensar: ¿qué vicios atan a esta sociedad de dioses y semidioses y cómo se puede fusionar la felicidad de los tiempos de mis abuelos con la cantidad de información que poseemos ahora sin caer en lo mismo?, entonces me transporto a libro de psicología de decimo año y recuerdo el capitulo, de ese viejo barbudo y machista que inventó esa ciencia inexacta pero necesaria para entender toda la mierda que se aloja en el más enigmático de los órganos humanos: el cerebro. Aquel que hablaba de tres “minis-me” que vivían en él, el ELLO, el YO, y el SUPERYO. Y para el que no recuerde de que se trataba esta “carajada”, lo aclaro rápidamente: el ELLO, los instintos, lo consiente e inconsciente, lo primitivo, algo así como los programas más básicos de una computadora. El YO cronológicamente en el medio, (no es por casualidad) es el que pone de acuerdo a los otros dos y hace realidad de manera medida los deseos de los demás involucrados. Por último tenemos al SUPERYO, el de las reglas y prohibiciones morales, el que nace al tener conciencia de la sociedad en la que vivimos.
Entonces caigo en cuenta de que vivimos en una sociedad donde entre los tres existe un desbalance muy grande: tenemos un ELLO encerrado, un YO indeciso y un SUPERYO desatado y con esteroides, y como resultado dobles morales, corrupción, ineptitud política, y un alto grado de intolerancia ante las opiniones contrarias de las masas que controlan este país.
Dentro de este análisis, me pongo a pensar: ¿qué vicios atan a esta sociedad de dioses y semidioses y cómo se puede fusionar la felicidad de los tiempos de mis abuelos con la cantidad de información que poseemos ahora sin caer en lo mismo?, entonces me transporto a libro de psicología de decimo año y recuerdo el capitulo, de ese viejo barbudo y machista que inventó esa ciencia inexacta pero necesaria para entender toda la mierda que se aloja en el más enigmático de los órganos humanos: el cerebro. Aquel que hablaba de tres “minis-me” que vivían en él, el ELLO, el YO, y el SUPERYO. Y para el que no recuerde de que se trataba esta “carajada”, lo aclaro rápidamente: el ELLO, los instintos, lo consiente e inconsciente, lo primitivo, algo así como los programas más básicos de una computadora. El YO cronológicamente en el medio, (no es por casualidad) es el que pone de acuerdo a los otros dos y hace realidad de manera medida los deseos de los demás involucrados. Por último tenemos al SUPERYO, el de las reglas y prohibiciones morales, el que nace al tener conciencia de la sociedad en la que vivimos.
Entonces caigo en cuenta de que vivimos en una sociedad donde entre los tres existe un desbalance muy grande: tenemos un ELLO encerrado, un YO indeciso y un SUPERYO desatado y con esteroides, y como resultado dobles morales, corrupción, ineptitud política, y un alto grado de intolerancia ante las opiniones contrarias de las masas que controlan este país.
El SUPERYO nos domina, vivimos en una sociedad cerrada en valores obsoletos
y sin fundamento, en esta sociedad las costumbres y tradiciones nunca han sido
un problema, sino el hecho de creer que son dogmas o trabas para un desarrollo
social responsable del diario vivir.
Entonces ante tal situación claramente vista, divulgada y digerida por toda
la comunidad letrada y con más de un papelito emitido por alguna institución de
aprendizaje de este país, ¿Por qué no se busca una solución real, fuera de las
legislativas o políticas que evidentemente no apoyan un progreso integral? Y es
aquí donde me remito al principio de mi análisis, donde la información se nos
abre a nosotros los que vivimos en esta realidad humana y tratamos de buscar
esa felicidad fusionada anteriormente expuesta. Porque si no somos capaces de
pagar la conciencia de un periódico de distribución masiva o un noticiario
amarillista, busquemos hacer lo que mejor sabemos hacer: hablar, informemos aquellos que no tienen la virtud de
dominar la información o tener acceso a ella. Eduquemos a nuestros hijos,
sobrinos, vecinos, a donde sea que nuestra voz llegue, y creemos mediante el
conocimiento lo que decía ese cantante filosofo “un caldo de cultivo” y
cambiemos los paradigmas políticos que nos tienen atados, a un pueblo informado
no se le puede engañar. Nuestro error radica en comentar temas relevantes de
avance social entre las mismas personas. Hay que expandir los horizontes y,
como comunicadores del mundo, educar a las masas, para que los SUPERYO que actualmente dominan el panorama real de
cambio queden evidenciados, y volvamos al balance que me relataba mi libro de
colegio.
De lo que podemos estar seguros es que el futuro nadie lo conoce. Dejemos
de hablar de él y afrontemos los hechos tangibles que tenemos en frente. Que el
pasado sea la referencia más clara del error que cometemos como sociedad al no
trasferir estos poderes asignados por el conocimiento a las personas que no
gozan del mismo acceso. Cambiemos el
presente que vivimos y no permitamos que el SUPERYO doblegue la esperanza de un
balance entre los tres referentes de conciencia que tenemos. Es curioso
observar que en diferentes culturas alrededor del mundo la meta máxima del ser
humano “feliz” se concentra en buscar un equilibrio en cada aspecto de la vida ¿cuando
fue que esta lógica tan acertada se le olvido a la sociedad occidental
dominante? ¿Cuando fue que nuestro país se globalizo a tal punto de que
olvidara su propia humanidad? Las personas no somos números ni estadísticas,
somos organismos vivientes en busca de un fin común: la felicidad, y esa es la
clave y respuesta a mi pregunta inicial respecto del balance entre el antaño y
la modernidad, entre lo que creemos y lo que otros creen, entre una moral
deforme y una realidad olvidada.
No corramos la suerte de todas las historias de dioses, y no convirtamos
nuestra lucha en un mito, hagamos realidad los ideales en que creemos mediante
el mejor aporte que podemos hacer a nuestra sociedad: educar. Volvamos nuestra
información y modernidad útil, dejemos las políticas desgastadas y hagamos lo
nuestro, hablemos de cambios de pensamiento y moral con los que nos rodean,
matemos al cancerígeno SUPERYO, y concibamos uno nuevo, mucho más consiente,
real y sobre todo, más humano.
Colaborador: Geovanny Alpízar Chavarría
Su pasión por las artes escénicas lo han llevado a practicar danza contemporánea en la actualidad donde se desenvuelve con gran pasión.Innato de una de las zonas más pobladas de San José, como buen tico es pulseador no la ha tenido fácil de ahí su característico criterio y posición sobre la vida.
Es nuestro segundo colaborador para el blog del segmento “amigos de Popper” y hoy nos habla sobre su preocupación sobre la forma de pensar y actuar de las personas, direccionando su punto de vista a como muchos de los valores han cambiado y por el contrario otros que deberían siguen obsoletos.
Twitter: Gio_Espacial
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5 comentarios:
Muy bien Geo! me encanto! <3
Muy bueno como siempre..me encanta cuando hablas temas tan reales, ojala todos pensaran igual y no darle anchura a esto que vivimos HOY!!En su mundo "perdido"....
Muy bueno, un punto de vista interesante y me encanta la forma en que lo expresa.
No estoy de acuerdo con vos con que Freud era machista... Hay que tomar ne cuenta en la época en que vivió, y además él se dedicó bastante a escuchar a las mujeres en su época, esas que casi no eran tomadas en cuenta.
Ahora se queda corto tu post en lo que es transpolar lo que es el psicoanálisis a la ideología dominante.. Que hay doble moral la hay, que las personas viven de apariencias pues la viven... pero esta sociedad ha sido modificada y cambiada... Hay mayo libertad sexual, etc.. pero parece que más bien la ideologia actual es: "Debes gozar" y no está permitido no hacerlo... Si querés utilizar el psicoanalisis para criticas de orden ideológico, te recomiendo ir más allá de Freud, a argumentaciones lacanianas y post-lacanianas... Un autor rock star en la materia es ZIZEK... leelo, te recomiendo un libro llamado: "el sublime objeto de la ideología"... saludos :P
Hola amigo gracias por el comentario, uno de mis colaboradores y amigo cercano fue el que escribio el comentario, le voy a transmitir su valiosa opinión, gracias por al recomendación! y espero encuentre en el resto del blog entradas que sean más de su agrado.
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