El Pecado de don Justo, por Oscar Barrantes Oconitrillo.

Unos de los proyectos de este año y que me siento muy contento de presentarles, es el inicio de las colaboraciones de amigos de Popper!. A partir de este mes se realizara una publicación periódicamente ( por el momento una mensual, vamos a ver la respuesta de los boggueros ) de un colaborar del blog para diversificar los temas y la opinión que discuten y comparten en este espacio.

El Pecado de don Justo

No hay peor ciego que el que no quiere ver, pero cuando el ciego es la persona que debe presidir la Comisión de Derechos Humanos en la Asamblea Legislativa, el dicho alcanza dimensiones que rayan en lo absurdo pero tristemente real. No se me viene nada más a la cabeza que pensar que, con exclusiones y disgregaciones que tan acostumbrados estamos en nuestra querida tiquicia, ya nos jodieron de nuevo a todos.
La elección de Justo Orozco el pasado jueves 31 de mayo de 2012, es una clara evidencia de que a nuestros padres de la patria les importa poco el pueblo, y por ende se les olvidaron las razones por la cuales están ocupando el curul en Cuesta de Moras, error tras error, el Poder Legislativo perdió toda credibilidad que los ciudadanos podíamos tenerle. Esta decisión no es más que una cachetada a quienes creemos que la sociedad debería ser abierta e inclusiva y que las limitaciones legales a las cuales nos debemos someter todos, deben ser las mínimas y estar basadas únicamente en un respeto de las libertades ajenas. Lastimosamente en Costa Rica, las divisiones que hemos creado entre nosotros mismos nos hacen dirigirnos como abejón de mayo, en sentidos erráticos que impiden llegar lejos.

Don Justo Orozco se cataloga a sí mismo como una persona con una alta capacidad moral para poder dirigir la Comisión de DDHH, y de mi parte no soy nadie para poner en tela de duda la moral que don Justo tan galante exhibe en cuanta oportunidad tenga, sin embargo creo que esa moral que él menciona es justamente la razón por la cual el puesto de presidente de la Comisión de DDHH le queda bastante grande. En materia de derechos humanos no hay moral, ética, credo religioso, color de piel, idioma, preferencia sexual o clase social que prevalezca o que sea válido para hacer distinciones que sin lugar a dudas darán pie a discriminación de algunos, no se puede ni debe hacer diferencias excluyentes, cuando el único principio mediante el cual se debe partir es que, siendo todos humanos, debemos gozar de los mismos derechos por igual. Al parecer don Justo no está muy empapado con los términos justicia, libertad, igualdad y universalidad, todos principios básicos de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Don Justo, demuestre esa moral tan alta que profesa, declarase incompetente para el cargo que desea ocupar y por ende presente su renuncia.

El error de don Justo e irónicamente pareciera que su motivación para presidir la comisión de DDHH, es creer que, amparado en su "capacidad" moral, él tiene la potestad de decidir bajo qué supuestos y preceptos quiénes se pueden unir como pareja legalmente y quienes no, quiénes pueden tener hijos y quienes no, quiénes pueden llamarse familia y quienes no, quiénes pueden tener acceso a los servicios brindados por la seguridad social y quienes no. En este sentido, qué peligroso en un país que se dice vanguardista y respetuoso de los derechos humanos justificar decisiones excluyentes y a su vez, supeditar derechos bajo razones morales, religiosas y económicas, al mejor estilo de países fundamentalistas. Y aquí no se trata de hacer un ataque a la religión, es irrelevante la religión que profese o deje de profesar él o yo, al menos así debería serlo, es simple y sencillamente luchar por derechos igualitarios para todos, como Popper había dicho, porque todos tenemos derecho a "reclamar, en nombre de la tolerancia, el derecho a no tolerar a los intolerantes".  

Contrario a lo que piensa el señor Jorge Angulo, yo no creo que Orozco sea una persona que posea un profundo respeto a los Derechos Humanos, y no es prejuicio mío ni se debe a que la prensa me mal informe, como afirma don Justo, es de su propia boca que me he formulado el concepto que tengo de él. Tampoco creo que don Justo no sea homofóbico, y para prueba, una entrevista, el primer indicio de que lo es, es que crea que en Costa Rica no existe discriminación contra los homosexuales. Don Justo, lastimosamente no tiene una venda en los ojos, tiene toda una pared que no le deja ver una realidad latente y que clama por igualdad y aquí su gran pecado, porque la verdadera ignorancia no es la falta de conocimientos, sino el hecho de negarse a adquirirlos. El gran pecado de don Justo es negarse a ver, entender y respetar realidades fuera de los preceptos que una Biblia pueda dictar. Y por este pecado es que terminaremos pagando justos y pecadores, todos por igual.

Colaborador: Oscar Barrantes Oconitrillo.

Hoy tengo el placer de presentarles a nuestro amigo Oscar Barrantes Oconitrillo (foto), este joven emprendedor vecino de Heredia, egresado de la carrea de derecho en la universidad de Costa Rica.

Su pasión y vocación lo han llevado a desarrollar un gran interés por asuntos de la actualidad nacional sobre todo en el ámbito de la político, tema constantes en sus opiniones publicadas.

Es un gran activista por los derechos de grupos minoritarios, ambientalista y todo esto lo combina con una gran pasión por el deporte y amor por los animales manifestándose siempre en contra del maltrato animal.

Consiente del deterioro del gobierno de nuestro país, hoy nos invita a reflexionar sobre los rumbos de las decisiones políticas que han venido tomando los altos mandatarios de este país, cuyas decisiones perjudican algunos fragmentos de la sociedad. Tomando como referencia uno de los temas más comentados en los medios nacionales de las últimas semanas, la elección de Justo Orozco como presidente de la comisión de derechos humanos de la asamblea legislativa nos regala esta valiosa colaboración.

Twitter: @obarroco

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